No es un secreto que México está lidiando con la obesidad. Más del 70% tienen sobrepeso, el 34% de los cuales padecen obesidad mórbida. Es un número alarmante y se espera que siga creciendo a medida que el país continúe adoptando la comida rápida.
Sin embargo, a lo largo de los años se han realizado muchos movimientos para frenar la obesidad. Los legisladores han impuesto impuestos sobre la comida chatarra, un 8% sobre los productos que están categorizados como comida chatarra. Esto incluye bocadillos altos en calorías, bebidas azucaradas y alimentos poco saludables con alto contenido de grasas saturadas. Funcionó muy bien y resultó en una disminución del 5.8% en el consumo de dichos productos.
Si bien los esfuerzos hicieron mella en el aumento de los problemas de salud del país, no fue suficiente para resolver el problema. Las cosas se pusieron aún más preocupantes cuando la pandemia golpeó, ya que la obesidad fue identificada como uno de los factores de riesgo del coronavirus. Esto llevó a los legisladores a dar un paso más al declarar la prohibición de vender comida chatarra a los niños.
Es cierto que esta prohibición podría afectar las ventas de las pequeñas tiendas familiares, pero el gobierno está dispuesto a correr el riesgo. También tendrá un impacto en las cadenas de comida rápida, ya que muchas de ellas brindan refrescos con sus comidas para los niños.
Tome Chuck E. Cheese, por ejemplo. Es posible que esta cadena deba importar su amplia gama de menú de bebidas a México, ya que solo ofrecen refrescos en sus tiendas locales. En los EE. UU., Donde se fundó la cadena, también sirven chocolate caliente, jugos, cerveza, vino e incluso bebidas deportivas a sus clientes. A nivel local, solo tienen refrescos.
Como su mercado objetivo principal son los niños en edad escolar, se puede esperar que Chuck E. Cheese haga algunos ajustes en su menú en los próximos meses. Sin embargo, esto no debería ser un gran cambio, ya que las tiendas en otras regiones ya disfrutan de una amplia selección de bebidas.
McDonald’s, por otro lado, podría no tener que luchar para cumplir con la nueva legislación. Su Happy Meal ya viene con jugo de naranja, yogur y puré de manzana en un esfuerzo por garantizar la buena salud de sus clientes jóvenes incluso mientras se entregan a la comida rápida.
Estas concesiones no son nuevas ya que el gigante de la comida rápida tiene ofertas similares en otras partes del mundo. Es una gran prueba de concepto que este tipo de restaurantes pueden hacer que sus comidas sean más adecuadas para los comensales jóvenes.
Dado que muchas cadenas de comida rápida ya están tomando medidas para hacer que sus menús sean más saludables, la nueva legislación contra la comida chatarra puede empujarlos hacia la dirección correcta. Con suerte, marcará el comienzo de cambios positivos en la industria de la comida rápida.